And Then There Were None: el relato clásico todavía no murió

Estimado lector: si hace tiempo que no encuentra una serie atrapante, si sólo pretende algo que lo distraiga de un fin de semana sin muchos planes, si quiere ver algo de calidad, no busque más.

And Then There Were None, una serie que la BBC sacó a fines del 2015 como homenaje por el 125 aniversario de Agatha Christie, es la respuesta.

¿Por qué?

Porque es de la BBC. Si en Estados Unidos, HBO (no, Netflix no) es el certificado de la excelencia, en Europa no hay dudas sobre quién manda con respecto al contenido. La cadena británica sabe ser popular, pero también cuidar a sus productos. Casi todo lo que presenta tiene un nivel alto. Sólo por tirar algunos ejemplos: Line of Duty, River, Human Planet y, por supuesto, Sherlock

Por la historia. Diez desconocidos son invitados a una isla por un anfitrión misterioso. Lo que parecía la oportunidad de sus vidas se convierte, en realidad, en el final. ¿Quién es el asesino? ¿Quién está atrás de toda esta locura?

Por los actores. Un dream team: Charles Dance, el Lannister mayor de Game of Thrones, es pura sutileza. Burn Gorman, un policía fascinante. Aidan Turner, Kili en El Hobbit, un galán sin estereotipos.

Por el entretenimiento. A veces, lo único importante: que divierta. Y And Then There Were None, basada en Diez negritos, la novela más popular de Agatha Christie, no defraudaTres capítulos de una hora que pasan volando. La medida es justa: nada sobra ni falta.

Por lo de alrededor. La música es perfecta, la ambientación, impecable, la fotografía se luce.

Porque lo clásico todavía sirve. El relato no tiene excentricidades: la forma de filmar es sencilla. Cada personaje tiene una porción de atención a partir de flashbacks que explican la razón por la que pararon en esa extraña y oscura isla en la que sólo hay una casa gigante. A partir de la simpleza se logra un tono de tensión ideal.

Da la sensación de que ya no pueden mirar hacia atrás, que todos los productos nuevos precisan trascender desde lo original y lo inédito. Pero esta serie rompe con ese paradigma. Con calidad y desparpajo consigue destruir a la idea de que lo único necesario es lo novedoso.

Nada de eso: And Then There Were None viene a decirle al mundo que el relato clásico todavía no murió.